Este es el conductor novato que mató al anciano diabético porque le levantó el bastón

Ramón Lorenzo tenía 81 años y volvía a casa de la farmacia para cuidar a su mujer con alzheimer. Un hombre frenó en seco y casi le atropella en el paso de peatones. Al increparle, este se bajó del vehículo, le pegó un puñetazo y se dio a la fuga. Nadie pudo hacer nada por Ramón, un hombre querido en el barrio.


Fueron tres minutos. Apenas tres minutos. Acababa de salir de aquí, y al poco entró una señora gritando, diciendo que necesitaba un abanico, que había un hombre que se acababa de desmayar y que estaba tirado en el suelo de la calle”. Se lo dice a EL ESPAÑOL el dependiente de una céntrica farmacia de Torrejón de Ardoz, a pocos metros del lugar en el que ocurrió todo, en el número 18 de la Avenida de los Fresnos, una de las zonas residenciales de la localidad, veinte minutos a pie de la estación de Cercanías.

Lo que el empleado de la farmacia no podía imaginar era que, al salir por la puerta,se iba a encontrar el cuerpo inerte del hombre que hacía pocos instantes acababa de saludarle como cada mañana en el mostrador de su negocio. Era Ramón Lorenzo, el viejo señor Ramón. Alguien lo acababa de matar de un puñetazo y se había esfumado del lugar sin dejar rastro y sin preocuparse por él.

El farmacéutico, junto con otros vecinos, como el dueño de una frutería de la glorieta a la que Ramón acudía con regularidad, salieron de sus negocios ante el griterío que se generó en la calle. Corrieron prestos a socorrer al buen señor. Con el tiempo le habían cogido mucho cariño. Le veían a diario; él les contaba su vida y milagros y por eso le tenían mucho aprecio. Ellos, junto con los clientes del bar frente a cuya terraza ocurrieron los hechos, fueron los primeros en atenderle, en acudir en su ayuda. “Le tomé el pulso nada más llegar, pero debía estar tan nervioso que no le noté nada. Parecía que estaba muerto”, explica el farmacéutico.

Fuente elespañol.com

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