Muere Chuck Berry, padre y espíritu santo del rock and roll



La lista de mártires y soldados caídos del rock and roll es tan larga que asusta. Buddy Holly murió en el trágico accidente de avión de 1959 -en el que también fallecieron Big Bopper y Ritchie Valens-, y un año después se retiró para siempre Little Richard, iluminado por su renacida fe en dios. A Elvis le llamó el ejército también en 1960, y volvió de la mili convertido en una caricatura. Por aquella época, nadie quería saber nada de Bill Haley, el más pasado de moda de todos los pioneros, y Jerry Lee Lewis, destapada su bigamia y su pederastia confesa, se convirtió en un apestado.
Y este sábado se ha ido Chuck Berry. La Policía respondió a una llamada de emergencia de la casa de Berry, donde encontraron al artista inconsciente y, pese a las maniobras de reanimación que se le aplicaron, no pudieron revivirlo y declararon su fallecimiento.
También Chuck Berry estuvo a punto de caer en desgracia en aquel año fatídico de 1960: un juez le condenó a dos años de cárcel, acusado de acostarse con una prostituta menor de edad. Cuando regresó a la actividad en 1963, la música había cambiado para siempre: el rock and roll sonaba primitivo, algo tosco, la novedad estaba en el joven Dylan y en unos chicos ingleses que se hacían llamar The Beatles, y a Berry había que empezar a buscarlo en las cubetas de discos etiquetadas como 'oldies'. Aún así, no se quiso quedar al margen. Vivía para la música, para tocar el blues, y aunque no recuperaría la inspiración que le hizo dar con la tecla perfecta en 'Johnnie Be Goode', al menos Berry no perdió ni las ganas ni el oficio. Se mantuvo en activo mientras tuvo vientos de cola, y hace 38 años dejó de publicar música con total discreción. Tenía previsto volver este año; de hecho, deja grabado y anunciado su primer disco desde 1979, 'Chuck', que aparecerá en las próximas semanas, ahora de manera póstuma.
Berry nació en 1926 en el sur profundo de Estados Unidos, en Saint Louis, en la misma época en la que el blues dejaba de ser un lloriqueo rural de los vagabundos negros para empezar a ser, por obra de Robert Johnson, la música del diablo. Aprendió muy joven a tocar la guitarra y a arañar las cuerdas, hasta hacer sangrar al instrumento; a mediados de los años 40 se pasó a la electrificación, que era la moda de entonces, y tocó en varios grupos de rhythm and blues. Pero cuando ingresó en el más dinámico y eléctrico de los sellos de blues de Chicago, Chess Records, por recomendación de Muddy Waters, las listas de éxitos raciales le sabían francamente a poco. El rock and roll -más rápido, más alto, más joven- estaba naciendo y él iba a darle su forma perfecta.
De entre todas las canciones de Chuck Berry, tres se cuentan entre los pilares maestros del rock and roll, las que condensan el grueso de su código genético: 'Johnnie Be Goode' -con uno de los solos de guitarra más fulgurantes y virtuosos de todos los tiempos-, 'Roll Over Beethoven' y 'Maybellene'. Sólo con el trabajo de esos dos años, entre el 56 y el 58, Berry se había ganado a pulso el ingreso en el salón de la fama del rock. Sus aportaciones, de todos modos, fueron más variadas e interesantes: por ejemplo, cuando al estilo lo tachaban de ser una versión pervertida del verdadero rhythm and blues, adaptado al gusto simple del público blanco, Berry mantuvo el vínculo con los pioneros negros casi olvidados, desde Louis Jordan a Ike Turner. Si Elvis aportó carisma sexual y Buddy Holly una escritura exquisita, Berry era la diversión, la espectacularidad, la técnica: sus punteos en la guitarra mientras practicaba el paso de la oca crearon escuela, hasta encontrar a su heredero inesperado en Angus Young, el guitarrista de AC/DC.
Hoy, sólo dos pioneros del rock and roll le sobreviven: Jerry Lee Lewis y Litlle Richard. Berry sobrevivió a 1959, se convirtió en leyenda en vida, y ya es oficialmente inmortal.
La noche más triste para el mundo de la música
Las reacciones a su muerte de figuras del mundo de la música no se hicieron esperar, a través de Twitter y comunicados.
Mick Jagger, en una serie de tuits, dio las gracias a Berry por su "música inspiradora", que dio vida a su sueño y al de muchos otros "de ser músicos y artistas", mientras que su compañero en The Rolling Stones Keith Richards subrayó en un comunicado: "¡Una de mis grandes luces se ha apagado!".

Por su parte, Bruce Springsteen lamentó en Twitter la "tremenda pérdida de un gigante", al definir a Berry como "el mejor" guitarrista y escritor de rock & roll que haya existido jamás.
Y en un comunicado, el Salón de la Fama del Rock & Roll destacó que la música y letras de Berry "capturaron la esencia de la vida adolescente de 1950", al anotar que "influyó a todos los que cogieron una guitarra después de él".
Y en un comunicado, el Salón de la Fama del Rock & Roll destacó que la música y letras de Berry "capturaron la esencia de la vida adolescente de 1950", al anotar que "influyó a todos los que cogieron una guitarra después de él".
John Lennon llegó a decir una vez: "Si trataran de darle al rock & roll otro nombre, podrían haberlo llamado Chuck Berry".

Fuente: el mundo.es

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