Con aspecto abatido y confiando todo entendimiento a su traductor, Ossamah Abdul Mohsen, el refugiado sirio acogido en España después de sufrir una agresión de una periodista en la frontera entre Serbia y Hungría, ha denunciado hoy las «trabas imposibles» que el Gobierno español le pone para reagrupar a su familia y el incumplimiento de la promesa gubernamental de la concesión de su estatus de asilado con protección internacional tras lograr huir de Siria.
En una rueda de prensa conducida por Miguel Ángel Galán, director del CentroNacional de Formación de Entrenadores (Cenafe), donde Ossamah trabaja actualmente, el refugiado ha expresado su angustia por la situación de su mujer y dos de sus hijos , que el próximo 1 de enero deberán abandonar el piso deTurquía donde viven y quedarán en la calle.
Ossamah vive en Getafe (Madrid) con dos de sus hijos, pero tiene a la otra mitad de su familia en una «situación límite» en Turquía, a la espera de poder reagruparlos. Según los documentos aportados por el director de Cenafe, el Ministerio de Asuntos Exteriores autorizó a la Embajada española en Ankara (Turquía) a tramitar un «visado de residencia de carácter extraordinario» para los tres familiares de este entrenador profesional de fútbol que huyó este verano con su familia de los bombardeos y la guerra terrestre que asola su país.
Sin embargo, la documentación exigida por la Embajada en Ankara en un documento fechado el pasado 3 de diciembre es «imposible de aportar», en palabras de Ossamah. En concreto, la oficina consular española pide pasaportes en vigor (el hijo mayor lo tiene caducado) y certificados de penales, dos documentos que sólo puede tramitar la embajada Siria en Ankara. «Y ni yo ni mi familia podemos entrar allí por razones políticas. No nos atienden».
Además, la Embajada española les pide un certificado médico expedido por autoridades turcas. Y también un documento acreditativo de«vínculo familiar» entre la mujer y los dos hijos con Ossamah, una certificación que sólo puede expedir la Embajada española en Beirut -que ha asumido la demarcación consular correspondiente a Siria-, adonde ningún miembro de la familia ha podido viajar en el plazo que las autoridades españolas dieron en sus exigencias: 10 días, que se cumplieron el pasado 13 de diciembre.
«¿Cómo voy a conseguir esos papeles en un país que está en guerra o en una embajada que no nos recibe. Hablo por todos los sirios a los que se les pide esto. Pido al señor Rajoy que facilite el visado y ayuden a traer a mi familia», ha dicho el refugiado ante un puñado de periodistas en la Ciudad Deportiva Villaverde mientras algunos futbolistas amateurs celebraban su entrenamiento del día.
Ante tales dificultades, Ossamah y Galán cambiaron la petición inicial de visado por la del cumplimiento de la «promesa que hizo el Gobierno español». Es decir, la concesión del asilo con protección internacional, para lo que no necesitan los documentos que laEmbajada española en Ankara les pide.
El refugiado ha agradecido al Gobierno español la rapidez con la que operó en septiembre para otorgarle un permiso de residencia de un año de duración y la concesión de un permiso de viaje para que fuera a recoger a su familia cuando ésta obtuviera el visado de residencia extraordinario. Pero, tras esas dos gestiones rápidas, la familia parece haberse encontrado con obstáculos burocráticos.
«La Embajada no nos atiende al teléfono. Después de tres meses en España, la promesa de asilo no se ha cumplido. Ossamah y su familia huyeron de una guerra y una persecución política y son candidatos a la protección que da el asilo, que es un derecho. Las trabas para esa concesión no sólo afectan a Ossamah, sino a miles de personas. España se comprometió a acoger a 14.000 refugiados y lleva 12. Y uno de los cuales lo he traído yo», sostiene el director del Centro Nacional de Formación de Entrenadores.
El Gobierno cuenta que Ossamah obtuvo una autorización de residencia por circunstancias especiales y que la única posibilidad de obtener un visado de residencia para su familia era la de presentar los pasaportes, el certificado de penales, el aval médico y el vínculo familiar, «documentos que no se pueden obviar y que hasta el momento la familia no ha podido aportar».
Fuente: mediterraneodigital.com