Un cliente ha subido a internet la cuenta que recibió en un restaurante catalán. El camarero no solo puso el coste de cada plato y bebida, sino también los 25 céntimos de una aspirina que le dió al usuario.
El cliente se sorprendió cuando al recibir el ticket descubrió un coste que no había contemplado.
Al sentirse mal le pidió al camarero una aspirina que después al final de la comida le pidieron pagar.
Si bien, el usuario de no se queja del coste, 25 céntimos por la pastilla, no considera justo que le cobrasen algo sin avisarle.