Dicen que Bershka, Pimkie o Inside son chonilandia, la cuna donde se visten todas las poligoneras de nuestro país. Pero hay muchas más tiendas, con características comunes, solo aptas para ese tipo de estilismo. Si no eres choni, vete rápidamente si notas algo de esto...
Música tecno a todo volumen
El chunta, chunta, chunta, es completamente dañino para los oídos, aunque no existan estudios científicos sobre ello. No hace falta poner la música a todo trapo como si de Fabrik se tratara en una tienda de ropa, a no ser que pertenezca al mercado del chonismo. El musicote a todo trapo de tecno, o como quiera que se denomine, es un reclamo muy efectivo para atraer a las chonis a sus tiendas, más que nada porque todas ellas están muy acostumbradas a escuchar lo mismo cada noche y cada día en el coche. Su día a día no podría concebirse sin este tipo de sonido que les da vitalidad y les nutre para encararse duro con la complicadísima rutina del ninismo. Las tiendas pijinas son el anticristo y su silencio les provoca dolor de cabeza.
Olor a plástico
Las prendas fosforescentes y los bolsos especie 'charol' no huelen a rosas precisamente. El petróleo más puro y duro se apodera de toda la ropa que hay en las ropas chonis y sirve también de truco para atraer a este tipo de chicas, recordándoles el olor a mercadillo mañanero de su barrio. Normalmente no pueden ir a estos típicos rastros chinescos que tienen todo lleno de polvo y leopardo porque son por la mañana, y a ellas eso de levantarse antes de las doce de la mañana no les va. Además, a la una menos cuarto empieza su sagrado 'Mujeres y Hombres y Viceversa'. Mejor ir por la tarde de compras, antes de la rave.
Bisutería de oro
Pero de oro 'del que cagó el moro', como dice la expresión. Los collares, pendientes y pulseras tendrán color oro y serán de dimensiones tan grandes como la propia cabeza de quien las lleve. Los complementos preferidos de las chonis son los aros de diámetro incalculable, los collares alargados y con figuras imposibles de definir, las pulseras que ocupan medio brazo y los anillos bien grandes por si alguna se pone tontorrona en el botellón y hay que sacar el puño a pasear. Cuanto más hortera sea la bisutería, más llamará la atención y mejor se venderá en este tipo de tiendas.
La ropa está manchada de maquillaje
Cuando una choni se va al probador con una montera de ropa más grandeque la que tiene en la silla de su habitación algo malo está por llegar. Las prendas se ponen a temblar para que no queden en ellas restos de los 20 kilos de maquillaje que llevan en la cara, aunque no suele haber muchasuerte. Es técnicamente imposible que algo no se quede en el cuello de las camisas o vestidos que se prueban porque encima son ajustados y les cuesta metérselos, así que se quedan sin respiración y sin pintalabios. La ropa blanca en estas tiendas es todo un misterio.
Tacones y zapatillas difíciles de mirar
La sección de calzado de una tienda choni es para echarse a llorar y no parar nunca. Si ya la ropa da repelús, los tacones y las deportivas parecen sacadas provocan vergüenza ajena. La plataforma de algunos zapatos parece un edificio de seis plantes, pero con brillantitos y bordados en dorado similar al oro, para que conjunte con los pendientes y colgantes. Los tacones miden unos 25 centímetros aproximadamente, y cuánto más gruesos, mucho mejor. De las zapatillas deportivas ya ni hablamos, también con plataforma y estampados horteras que encima la que salga a correr con ellas tendrá un sudor en los pies de echarse para atrás.
Dependientas poligoneras
El
uniforme de las trabajadoras de estas tiendas, que siempre suelen ser mujeres, suele ir con ropa de la propia tienda, con eso está todo dicho casi. En las entrevistas deben valorar mucho el grado de chonismo mediante la medición de sus aros, la decoloración de rubio de su pelo quemado por la plancha y la longitud de la raya de los ojos. Todas están cortadas por el mismo patrón: cara de asco, pechos grandes, ropa de una talla menos a la suya... Pero hay una cosa que les diferencia de ser choni de libro:TRABAJAN. Eso sí, que se gasten el salario en botellones y en sombra de ojos es otro tema...
Tangas y rellenos
La lencería de las chonis no puede ser como la de cualquier personanormal, no puede dar igual y hay que ser fiel al estilo incluso si no se ve, aunque a algunas se les ve las costuras de lo apretadas que van. Los tangas deben de ser de hilo para que no se marquen con los leggins ajustadísimos, y si son de estampado de leopardo mejor. También suelen tener frases bordadas tipo 'entrada libre' o 'abierto hasta el amanecer'. Lossujetadores, por supuestísimo, cuánto más relleno tengan mejor que mejor, y si aparentan tres tallas más y cortan la respiración son perfectos. No encontrarás un sostén sin nada de relleno o brillantito nunca jamás.
Colas en los probadores
Pero, ¿por qué? La primera explicación lógica a este fenómeno de las colas kilométricas podría ser las rebajas pero no. Resulta que las chonis son amantes de la ropa y se cogen montoneras y montoneras para meterse al probador con una amiga, porque da igual que haya límite de prendas, ellas siempre encontrarán una solución para burlarlo. La segunda razón para dar respuesta al por qué tardan tanto se encuentra en las redes sociales. Tienen gran predilección por hacerse selfies en los probadores poniendo morritos y con las etiquetas de la ropa enseñando casualmente la talla 32. Solo hay que dar una vuelta por los perfiles de Tuenti de alguna...
Ropa fiestera y reflectante
Si la afición preferida de las chonis es ir de macrofiestas, raves y afters tendrán que ofertarles prendas que se adapten a este tipo de eventos. Por eso, toda la ropa que se vende en estos sitios irá dirigida a la fiesta, nada de cosas sencillitas para hacer entrevistas de trabajo o bajar a comprar el pan, eso no entra en sus planes. Los vestidos de licra con escotazos hasta el ombligo, las zapatillas blancas de plataforma, la chaqueta de chándal de charol, los estampados de flores inmensas y los plumas blancos son algunas de las prendas más comunes de estas tiendas. Por supuesto, las camisetas reflectantes y fosforescentes no pueden faltar, que así se les ve mejor por la
Tallas MUY pequeñas
Entrar a una tienda chonista si tienes una talla 40 de pantalón es toda una depresión porque casi no te vas a poder vestir. El tallaje es tan pequeño que hasta una niña de cinco años se podría poner unos pantalones cortos y le quedarían estupendamente. Si la ropa ya es ajustada por sí misma, normalmente se compran una o dos tallas menos de la que deberían usar, ya sea para presumir de que gastan una 32 pesando 70 kilos y teniendo una 95 de pecho, o para marcar cuánto más mejor. Pero no solo las tallas son enanas porque hay algunas camisetas que parece que se les acabó la tela y llegan solo a tapar el sujetador, con suerte.
Fuente: que.es
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