Si bien no todos los materiales a utilizar son “ecológicos”, se puede realizar esta experiencia reutilizando todos los materiales de la siguiente lista.
Serán necesarios:
- frascos de vidrio (de dulce, de aceitunas etc.)
- palillos de pintura que brilla en la oscuridad (uno por frasco) (se pueden usar los que sobran de las fiestas)
- guantes de plástico para proteger nuestras manos
- tijeras
- un pedazo de tul viejo
Procedimiento:
Cortá un trozo de tul un poco más alto que el frasco y colocalo dentro como se observa en la imagen. Colocate los guantes y cortá el palillo de pintura dentro del frasco para evitar salpicaduras.
Mové el palillo de pintura dentro del frasco con paciencia para ir creando las manchas que luego brillarán en la oscuridad. Si querés un juego de colores más interesante, cortá otro palillo y hace lo mismo que hiciste con el anterior. Luego, cerrá bien el frasco y agitá.
Apagá la luz y disfrutá tu creación!
Así se ven los frascos sin tul!
Otra forma de hacerlos es con pintura brillante, en vez de los palillos, necesitás:
- Pintura brillante especial (se consigue en librerías artísticas)
- Un pincel
- Agua
Procedimiento:
Mezclá la pintura brillante removiendo con el pincel hasta que las partículas se vayan disolviendo poco a poco. Recomiendo usar guantes nuevamente y ropa vieja para no mancharte.
Ahora aplicá la pintura con el pincel en el interior del frasco, haciendo puntitos. Cuantos más puntitos hagas, más brillará el frasco en la oscuridad, así que para conseguir un efecto óptimo tenés que pintar el tarro entero por dentro. Puede que te lleve un buen rato, pero vale la pena!
De día esta pintura no presenta nada especial, pero cuando la veas en la oscuridad te vas a llevar una sorpresa. Ponela unos minutos junto a una bombilla encendida y después apagá la luz. ¡Vas a ver un resplandor precioso!
Taráaan!
Fuente: guiademanualidades.com