Demasiada violencia en el mundo - ¿Cambiamos el Mundo?

Hay dos maneras de “cambiar” el mundo. Una: empezando por uno mismo y predicando con el ejemplo. Otra: lanzándose sin más a la acción colectiva y directa.
Las dos estrategias tienen sin duda sus riesgos… Unos terminan despegando los pies del suelo, emboscados sin remedio en su laberinto interior, cuadrando la postura del loto y mirándose a todas las horas al ombligo. Otros no acaban de poner los pies en la tierra, se olvidan de sí mismos y se dejan la piel en la persecución de una quimera que queda demasiado lejos.

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