Accidente de avión en Francia: Andreas Lubitz, a una exnovia: "Un día haré algo y todos conocerán mi nombre"

Una joven de 26 años que tuvo una relación de meses con el copiloto recuerda que sufría pesadillas y se despertaba por las noches gritando "¡Nos vamos abajo!" - "El empleo de sus sueños era ser comandante en Lufthansa, y entendió que era imposible", asegura - El joven, que tenía una nueva pareja, ocultó a la empresa una baja médica

Una mujer que dice haber sido novia de Andreas Lubitz, el copiloto que presuntamente estrelló de forma deliberada el avión de Germanwings en los Alpes franceses con 150 personas a bordo asegura que el joven estaba en tratamiento psiquiátrico y que más de una vez le había dicho que haría algo por lo que todo el mundo le conocería.


"Cuando oí lo de la catástrofe, me vino una y otra vez a la mente una frase que decía: 'Un día haré algo que cambiará todo el sistema y entonces todos conocerán mi nombre y lo recordarán'. Nunca sabía a qué se refería, pero ahora cobra sentido", afirma la mujer en una entrevista que publica este sñabado el diario "Bild".

Según la azafata, de 26 años y que dice haber mantenido el año pasado una relación en secreto con el copiloto Andreas Lubitz que duró unos cuantos meses, "durante los vuelos era una persona amable y abierta".

La joven señala que "en la intimidad era muy tierno, una persona que necesitaba ser querida. Era una buena persona, que podía ser tan dulce, y regalaba flores".

"Siempre hablábamos mucho de trabajo y entonces se convertía en otra persona, se alteraba por las condiciones en las que tenemos que trabajar: poco dinero, miedo por el contrato, demasiada presión", agrega.

Asegura que se separó de él porque cada vez tenía más claro que "tenía problemas".

"De repente perdía los estribos durante una conversación y me gritaba. Yo tenía miedo. Una vez incluso se encerró durante un buen rato en el baño", dice.

Según la auxiliar de vuelo, Lubitz sufría pesadillas y se despertaba por la noche gritando "¡Nos vamos abajo!".

"Sabía ocultar muy bien ante los demás lo que le pasaba realmente", asegura y agrega que "de su enfermedad nunca habló mucho, sólo que estaba en tratamiento psiquiátrico".

La azafata cree que el copiloto estrelló deliberadamente el aparato, "porque se dio cuenta de que debido a sus problemas de salud su gran sueño de un empleo en Lufthansa, de trabajar como comandante y piloto de rutas de larga distancia era prácticamente imposible".

"Si a ello se suman problemas de pareja, no lo sé", añade la mujer.

En tanto, el copiloto tenía una nueva novia que trabaja como profesora en Krefeld, una localidad del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, y con la que vivía en su apartamento de Düsseldorf, que ya ha sido registrado por las autoridades alemanas.

Certificado de baja 


Por su parte, la Fiscalía de Dusseldorf aseguró este viernes que Lubitz "ocultó" una enfermedad a Germanwings y a sus compañeros. Durante los registros en el domicilio de Lubitz, la Policía alemana localizó un parte de baja que el copiloto nunca entregó a su empresa y que incluía el día del vuelo.


El hecho de que entre los documentos encontrados en su domicilio hubiera "bajas médicas rotas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos" indica que el afectado "ocultó a su empleador y a su entorno profesional" su enfermedad.


Los medios alemanes informan que Lubitz estaba en tratamiento psiquiátrico y que la baja médica estaba emitida por un neurólogo y psiquiatra, según la edición digital del diario "Süddeutsche Zeitung".


Ese medio asegura que Lubitz se había sometido durante bastante tiempo a varios tratamientos psiquiátricos, a cargo de distintos médicos, el último de los cuales le había emitido la baja que, según informó previamente la fiscalía de Düsseldorf, el copiloto había roto y presumiblemente ocultado a su empleador.


Germanwings, por su parte, ha asegurado que no recibió ningún parte de baja que impidiese trabajar a Lubitz


Tratamiento por depresión


El diario berlinés "Der Tagesspiegel" informó, por su parte, de que Lubitz, de 27 años, había seguido un tratamiento por depresión en la Clínica Universitaria de Düsseldorf.


Esta clínica confirmó que Lubitz fue atendido en sus instalaciones -la última vez el 10 de marzo-, pero tildó de "incorrecto" que fuera para un tratamiento por depresión y precisó que el joven acudió para contrastar diagnósticos, sin aportar más detalles.


Por su parte, el diario alemán 'Bild' había señalado antes que Lubitz recibió tratamiento psiquiátrico porun "grave episodio depresivo" hace seis años, en 2009. El episodio incluía "crisis de ansiedad y depresiones" y llevó al joven a recibir tratamiento psiquiátrico durante 18 meses.


Fuentes de la fiscalía negaron, en cambio, que en los registros realizados en su domicilio se hubiera encontrado una carta de despedida "ni indicios que apunten a un trasfondo político o religioso" para su proceder.


El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, informó el jueves de la interrupción de ese periodo de formación, pero rehuyó concretar a qué se debió, ateniéndose a que está bajo la prerrogativa de la confidencialidad médica.


Compró dos coches dos semanas antes


Según la revista alemana 'Focus', Lubitz compró recientemente dos coches nuevos de la marca Audi. Acudió hace unas semanas a un concesionario de la firma en los alrededores de Dusseldorf y adquirió dos vehículos de esta marca alemana.


Al parecer, uno de los coches era para él y el otro era para su novia. De acuerdo con 'Focus', uno de los dos vehículos le fue entregado al copiloto la pasada semana.


Registros 


Lubitz vivía entre su domicilio familiar de Montabaur, en el "Land" de Renania Palatinado, y su vivienda privada en Düsseldorf, en el vecino de Renania del Norte-Westfalia.


Ambos domicilios, el familiar y el propio, fueron este jueves objeto de largos registros policiales, en que se incautó abundante material, inclusive una torre de ordenador y objetos privados, aunque hasta ahora no hay información oficial al respecto.


La policía concluyó tras varias horas el registro de la vivienda del copiloto de Lubitz en Düsseldorf y la casa que compartía con sus padres en la localidad de Montabaur.


Los agentes abandonaron con bolsas y cajas las dos viviendas. Los registros fueron ordenados, en colaboración con las autoridades francesas, por la fiscalía de Düsseldorf, que explicó en un comunicado que su objetivo es reunir "documentos personales" del copiloto que ayuden a esclarecer los motivos que le pudieron llevar a estrellar el avión.

También se ha sabido, además, que el comandante del avión de Germanwings estrellado, Patrick S.,trató de derribar la puerta de la cabina con un hacha al comprobar que Lubitz le había bloqueado la entrada cuando regresaba del servicio, informa el diario alemán Bild.


Los investigadores de la colisión del Airbus A320 de Germanwings apuntaron el jueves que el copiloto estrelló el aparato "con voluntad de destruir el avión".


El fiscal de Marsella encargado del caso, Brice Robin, explicó que el copiloto, identificado comoAndreas Lubitz, de 28 años, nacionalidad alemana y no clasificado como terrorista, respiró "con normalidad" hasta el momento de la colisión en los Alpes franceses, según la grabación sonora recogida en una de las cajas negras.


Pese a que en los primeros 20 minutos el copiloto mantuvo una conversación "normal y cortés" con el comandante, después se escucha al comandante preparar el informe de aterrizaje en Düsseldorf, al que el copiloto responde de forma "lacónica".


Posteriormente, el comandante pide al copiloto tomar el mando -presumiblemente para ir a hacer sus necesidades- y se escucha el movimiento de una de las butacas y una puerta que se cierra.


En ese momento, cuando el copiloto ya está solo, acciona el sistema de descenso y ya no vuelve a hablar hasta el momento de la colisión.

"Ignoramos la razón, pero puede analizarse como una voluntad de destruir el avión", señaló Robin.


Robin agregó que las víctimas no se dieron cuenta de lo que iba a suceder hasta el último momento, porque en la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto.


Además, recordó que ese aparato es "bastante grande" y que los pasajeros "no están justo al lado de la cabina", pero insistió en que los gritos solo se oyen en los últimos minutos de la grabación.


"La muerte fue instantánea, el avión literalmente explotó al chocar contra la montaña", explicó el fiscal.

Fuente: laprovincia.es