Yo no he asesinado a nadie, yo he ejecutado. - Artículo de El Mundo

  • Josu Zabarte, 20 atentados, 17 asesinatos, 30 años en prisión
  • 'No me sé el nombre de las víctimas. Son otras cosas las que no me han dejado dormir'
  • 'Yo autocrítica haré cuando el otro frente la haga. Todas esas tonterías que dicen de los arrepentidos... Yo no soy católico'
  • 'En Cataluña se han aprovechado de la lucha de Euskadi desde un principio'
  • 'No puedo estar en Sortu ni en Bildu porque rechazan la lucha armada. Yo no puedo cerrar el futuro a generaciones venideras. Pasado mañana, dentro de 20 años, ellos decidirán'
  • 'El camino de la izquierda 'abertzale' tiene que ser ahora la territorialidad y la presión popular'

Josu Zabarte, fotografiado durante su encuentro con EL MUNDO, el pasado día 7, en una escalinata junto al frontón de la localidad de Mondragón (Guipúzcoa).

¿Tú no crees que hay un elemento de psicopatía en vuestra forma de matar a la gente? ¿De verdad no piensas nunca en tus víctimas, ni siquiera en el niño José María PirisJosu Zabarte, 'Carnicero de Mondragón', no se altera cuando se le hacen esas preguntas. No se arrepiente de sus 17 asesinatos y asume que ahora el pueblo ha dicho no.







No es fácil describir a un etarra. Podría decirse que éste en concreto es un tipo que cultiva una estética muy personal, que es tan largo y enhiesto como un tótem envejecido, que tiene una voz de tenor muy sorprendente, que, aunque se pone tenso cuando se le repite la misma pregunta con contenido incriminatorio, responde; con mayor o menor sarcasmo, a veces con un punto de descarte burlón. Que es coherente: fue y es disciplinado para seguir la estrategia de ETA y no cree que sea creíble ocultarlo. Que se cuida y cuida su imagen incluso con una particular coquetería. Sólo a veces aparenta los 70 años que tiene. Que no bebe más que agua o Coca Cola, aunque el resto de sus colegas esté muy afectado por el alcohol, y que oculta sus nervios consumiendo cigarrillos.
Pero cualquiera de estas descripciones puede ser malinterpretada porque, sobre todo eso, su naturaleza es, crudamente, la de ser el asesino de 17 personas en 20 atentados sin arrepentirse.
La conversación tuvo lugar en dos tandas. Ambas, sobre todo la primera, improvisadas porque la periodista, buscando respuestas con motivo de los tres años del anuncio del cese definitivo de ETA -cómo los han vivido los etarras, cómo analizan la situación actual-, le asaltó en la calle después de seguir su pista durante varios días.
De hecho, él pensó que era una policía e intentó esquivarla. Sin embargo, después, cuando accedió a hablar, no hubo forma de que hiciese caso a uno de sus amigos personales, simpatizante de Sortu, que va con él buena parte del tiempo, que hace más confortable su existencia después de 30 años en prisión y que intenta que no meta la pata con lo que dice. Y que le advierte sobre el carácter de la reportera consultando la información en su móvil. «Aquí pone que es una experta en terrorismo, que es una simpatizante policial...», le irá diciendo para impedir que se confíe. «Ya se lo contaré yo después, déjame hacer mi trabajo», le responderá la periodista.
Zabarte entró en ETA muy joven, fue amnistiado al inicio de la transición democrática pero se volvió a incorporar. Ahora, 30 años más viejo, vive, no está muy claro de qué ni cómo, en la casa de su hermana, con ella y con otro hermano mayor. Pero se resiste a posar como un juguete roto.
«Yo soy un gudari, no necesito demostrar nada. No pretendo que me hagan homenajes, ya me hicieron uno, pero no tengo ninguna ínfula de reconocimiento. De hecho, con las atenciones sufro porque me gusta así: apa, kaixo, epa, bai», asegura aludiendo a la complicidad continua con la que le trata la gente. Responde así cuando se le pregunta si una de las aspiraciones de un etarra no es volver como un héroe que ha derrotado al Estado y que esa condición no la ha podido cumplir. ¿Y de qué vive? Sonríe con cierta sorna. «No necesito mucho, una Coca cola, una comida...». para ver la entrevista completa pulsa aquí
Fuete: elmundo.es